Reanimación cardiopulmonar (RCP) pediátrica
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Soporte vital pediátrico
Las recomendaciones actuales tienen como objetivo la simplificación, basándose en el conocimiento de que muchos niños no son reanimados ante el temor de poderles causar daño. El objetivo ha sido fundamentalmente intentar aplicar la misma guía para adultos y niños. La reanimación por la persona que presencia la parada mejora el pronóstico y existen evidencias de que la aplicación exclusiva de las compresiones o de la ventilación con aire espirado tiene mejores resultados que la no aplicación de ninguna de ellas. De todo esto se concluye que el pronóstico puede mejorarse si los testigos hubieran efectuado las maniobras de reanimación, incluso sin seguir el algoritmo específico para la reanimación pediátrica.
Existen diferencias entre la parada del adulto de origen cardiaco y la parada por asfixia, más frecuente en los niños, por lo que seguirán estando justificados algoritmos pediátricos diferenciados para profesionales sanitarios.
Relación compresión/ventilación
Las recomendaciones de tratamiento del ILCOR (International Liaison Committee on Resuscitation) se basan en que la relación compresiones/ventilación debe tener en cuenta la presencia de uno o más reanimadores.
Recomienda que los reanimadores que no son expertos deben usar la relación de treinta compresiones por dos ventilaciones (30:2), que es la misma recomendada en las guías de adultos y que permite a cualquier persona con formación en las maniobras de RCP básica reanimar a niños con una mínima información adicional. Cuando existen dos o más reanimadores profesionales sanitarios deben ajustarse a una relación de 15:2.
La relación 5:1 suministra un número inadecuado de compresiones. No existe justificación para tener dos relaciones diferentes para niños mayores o menores de ocho años, por lo que cuando existen varios profesionales sanitarios se recomienda la relación 15:2 en estos pacientes.
Siguiendo el mismo razonamiento, no parece existir ningún beneficio o simplificación en el hecho de que los reanimadores no expertos aprendan diferentes relaciones según sean uno o más, pero los profesionales sanitarios pueden usar, si están solos, la relación 30:2, especialmente si no son capaces de conseguir un número adecuado de compresiones, fundamentalmente por la dificultad de pasar de la ventilación a las compresiones y viceversa.
Edad
La adopción de una única relación compresión/ventilación para niños de todas las edades (siempre con la excepción del límite de edad inferior para el empleo del desfibrilador externo automático -DEA-), hace innecesaria la distinción, realizada por las anteriores guías, entre niños mayores o menores de ocho años.
Las diferencias entre la reanimación pediátrica y la del adulto se han basado, en gran parte, en las distintas etiologías; así, la parada cardiaca primaria es más frecuente en los adultos, mientras que los niños suelen presentar una parada cardiaca secundaria. El límite lógico para el uso de las guías pediátricas sería el inicio de la pubertad.
Para definir la edad, se considera lactante el menor de un año y niño si tiene más de un año, con el límite superior del inicio de la pubertad.
Técnica de las compresiones torácicas
La modificación de la definición de las edades conduce a la simplificación de las maniobras de compresión torácica. Así, los límites para las compresiones en el lactante serán ahora los mismos que para los niños mayores. La técnica de las compresiones en el lactante sigue siendo la misma: dos dedos cuando existe un único reanimador, o dos pulgares y rodeando con el resto de los dedos el tórax cuando son más de uno.
En los niños mayores no existe una división en cuanto al empleo de una o dos manos. Es importante que las compresiones alcancen una profundidad suficiente, con el mínimo de interrupciones, usando una o dos manos según las preferencias del reanimador.
Desfibriladores externos automáticos (DEA)
Se ha demostrado que es seguro y adecuado emplear el DEA en niños menores de ocho años.
Además, recientes estudios señalan que los DEA son capaces de reconocer de forma adecuada las arritmias en los niños y, sobre todo, son extremadamente precisos para descartar la indicación de descarga. La recomendación relativa a la aplicación de los DEA se extiende en la actualidad a todos los niños mayores de un año. No obstante, hay que intentar conseguir el dispositivo adecuado para pediatría.
Actualmente, múltiples fabricantes administran palas y programas diseñados específicamente para pediatría, que se caracterizan por limitar la energía a 50-75 julios. Estos modelos son los recomendados para niños entre uno y ocho años. Si no se dispone de estos desfibriladores, los DEA para adultos pueden emplearse en niños mayores de un año.
En la actualidad no se recomienda el empleo del DEA en niños menores de un año.
Desfibriladores manuales
La conferencia de consenso de 2005 recomienda la desfibrilación precoz para el tratamiento de la fibrilación ventricular y de la taquicardia ventricular sin pulso en los niños. En la RCP avanzada para adultos la recomendación es suministrar un único choque y reiniciar inmediatamente la RCP sin comprobar pulsos ni reevaluar el ritmo. Se desconoce cuál es la dosis de energía ideal, inocua y efectiva en los niños, pero dosis superiores a los 4 J/kg desfibrilan eficazmente con escasos efectos secundarios. Las descargas bifásicas producen menos disfunción miocárdica postdescarga. Se recomienda el empleo de una descarga única en los niños, con una dosis de 4 J/kg (monofásica o bifásica).
Secuencia con obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño
La guía para el manejo de la obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño en los niños se ha simplificado, aproximándose, en lo posible, a la secuencia seguida para los adultos.
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